el hundimiento
No hubo sirenas, no hubo monstruos
No hubo fantasmas ni demonios
No hubo ciudades submarinas
No hubo ataques por sorpresa
No hubo bordes por donde el mundo se precipita
ni barcos ocultos en la neblina
No hubo sones cantados en la nada
ni mensajes de auxilio en botellas.
Fue sin embargo la luz
una falsa luz, un falso faro
lo que nos precipitó a los escollos
una luz que en tierra firme
tan satisfechos
los hombres llaman
la Razón
No hubo sirenas, no hubo monstruos
No hubo fantasmas ni demonios
No hubo ciudades submarinas
No hubo ataques por sorpresa
No hubo bordes por donde el mundo se precipita
ni barcos ocultos en la neblina
No hubo sones cantados en la nada
ni mensajes de auxilio en botellas.
Fue sin embargo la luz
una falsa luz, un falso faro
lo que nos precipitó a los escollos
una luz que en tierra firme
tan satisfechos
los hombres llaman
la Razón
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